Recuerdo de Verreth y Elliot: "Lucho con la familia Bari".

Cada palabra que pronunció Matthias Verreth, recordando la trágica pérdida de su hijo Elliot, fue una pequeña lección de vida. Ante todo, una gran dignidad. Con el deseo de compartir, de explicar cómo se siente uno ante un dolor que nada puede aliviar. Ocurrió en la rueda de prensa previa al viaje a La Spezia. Y provocó un aplauso espontáneo de los periodistas presentes en la sala de prensa "Gianluca Guido" del estadio "San Nicola". Hablar abiertamente de estos sucesos empequeñece todo lo que rodea al fútbol. Casi lo vuelve insignificante.
Verreth, ¿qué valor tienen estos puntos conseguidos por el Bari en el último periodo a pesar de sus actuaciones bastante mediocres?
Quiero recordarles que en el fútbol, lo que cuenta son los puntos; siguen siendo lo más importante. Al inicio de la temporada, contra Venezia y Monza, jugamos mejor que en los últimos partidos. Es mejor jugar bien y sumar puntos, pero ahora el resultado es fundamental. Les digo a los aficionados que trabajamos cada día para mejorar y que sabemos que podemos y debemos hacerlo mucho mejor. Confío en que en unas semanas podremos superarnos.
Con tu fichaje, el Bari confía en reforzar las posiciones clave del equipo, aportando calidad, habilidad y capacidad goleadora. ¿Qué crees que puedes ofrecer, teniendo en cuenta que estas cualidades han sido extremadamente escasas últimamente?
Intento ayudar al equipo a construir el juego. Me gusta gestionar la transición entre la defensa y el mediocampo. También apoyo a los atacantes con balones largos, además de facilitar las transiciones que un jugador con mis características debe proporcionar. Las asistencias y los goles son un plus. Pero mi función principal sigue siendo la de creador de juego, una especie de nexo entre las distintas líneas. Considero todo lo demás como un extra.
A veces, un centrocampista central juega en defensa. Esto le ocurrió recientemente a dos jugadores de la Juventus: Locatelli, en el centro de una defensa de tres, y Koopmeiners, una jugada muy ingeniosa de Spalletti, que lo colocó como lateral izquierdo. Dado su excelente rendimiento defensivo en la primera mitad de la temporada, ¿se sentiría preparado si el entrenador lo convocara?
Para que quede claro: juego donde el entrenador quiera y donde pueda ayudar al equipo. En Holanda, con el Willem II, jugué de central en una defensa de tres. Así que conozco la posición y me siento capaz de desempeñarla. Sin embargo, me considero centrocampista, y si dependiera de mí, siempre jugaría de mediapunta. Claro que, si Caserta me lo pidiera, no tendría ningún problema en hacerlo.
Mediocampo de 3 o de 2 hombres. Aquí en Bari, has jugado en ambos sistemas. ¿Sientes que rindes mejor en alguna de las dos formaciones?
Creo que puedo rendir al máximo en ambos roles. Las tareas cambian, sí. Pero, fundamentalmente, se trata de los conceptos de un centrocampista que debe garantizar el éxito en ambas fases del juego. La clave está en la unidad de propósito. Once jugadores deben ser un equipo. Esto, sin duda, puede aumentar la competitividad del grupo.
Caserta ha hablado a menudo de su relación contigo. ¿Qué opinas del entrenador y cómo encontraste una manera tan constructiva de interactuar con él?
Caserta es, ante todo, un buen entrenador. Jugamos uno contra el otro cuando él dirigía al Catanzaro y yo era jugador del Brescia la temporada pasada. Todavía tiene un gran potencial, pero debemos recordar que no es fácil gestionar y moldear un grupo durante una profunda transformación, como ocurrió este verano en el Bari. Hay que darle tiempo; se lo merece. Tras estos primeros meses trabajando juntos, lo considero un hombre fuerte con un carisma innegable. Caserta sabe cómo dejar huella.
Tu temporada empezó con buenas actuaciones. Luego hubo un declive. ¿Cómo va todo ahora?
Al principio, me impulsaba una enorme descarga de adrenalina y todo iba bien. Luego empezaron los problemas cuando finalmente comprendí lo que me había sucedido (la trágica muerte de mi hijo de un año). A menudo me cuesta dormir por las noches, y esto inevitablemente afecta a mi estado físico. No es fácil. Entreno duro para volver a ser el futbolista que fui.
El día de tu regreso a Bari, en el aeropuerto, el equipo te recibió con muchísimo cariño. ¿Cuánto te ayudó ese gesto a forjar un vínculo tan fuerte con todos en el vestuario?
"Agradezco mucho este gesto. Y cada día, juntos, intentamos fortalecer el concepto de familia."
La Gazzetta del Mezzogiorno



